Hoy, con inmensa emoción, dedicamos esta entrada a una figura que, desde 2024, ilumina nuestra senda como Presidente Honorífico: José Luis González Sánchez, más conocido como Onofre Rojano.
Nacido en 1943 en el barrio de Puerta Osario, la posguerra marcó su obra, impregnada de memoria y reivindicación social. Su pseudónimo, «Onofre Rojano», es un tributo a la herencia paterna y al apellido materno, reflejo de la autenticidad de su arte. Aquella Sevilla nostálgica, donde vendía jazmines y en que forjó su vocación.
Una vida entre versos y escenarios
Su debut teatral en 1966 con «La Colección» fue premiado y, al ser representada en el Lope de Vega, demostró su «valentía al abordar y enjuiciar encrucijadas humanas trascendentales». Esta audacia sería una constante en su compromiso.
En 1967 llegó su primer poemario, «Las horas caídas», de fuerza expresiva y rima libre, dedicado a su padre. Su aparición fue un soplo de aire fresco en la poesía sevillana, con versos contundentes y auténticos.
Los 70 lo vieron alternar la escritura con su trabajo en FASA-Renault, inspirando poemarios como «Gentes del Sur» y «Poemas para llorar desde la oficina». Fue figura clave del Grupo Barro, llevando la poesía a los barrios, y promotor incansable de la revista CAL, que documentó una generación poética.
Las décadas siguientes consolidaron su leyenda con innumerables premios, como el SEARUS de Poesía por «Del verde al hombre» o el Gallo de Vidrio por «Canto a nadie». Onofre defendió su obra y su lenguaje, y su poesía, aunque más íntima en la madurez, nunca perdió su esencia humanista.
El siglo XXI y el regreso a nuestro Baratillo
El siglo XXI trajo un merecido reconocimiento perenne. En 2004, su nombre se inmortalizó con el I Premio Internacional de Poesía «Onofre Rojano». La tertulia de la Casa de las Sirenas, que hoy lleva su nombre, es testimonio vivo de su influencia y camaradería. Homenajes como el de la Fundación Cruzcampo en 2012 ratificaron su legado.
Sus poemarios recientes, como «Vivir en víspera», «La ciudad transida» (su particular Ocnos a Sevilla), «La distancia encendida» y «Prohibido fijar atardeceres», demuestran su continua capacidad para emocionar.
En este 2024, Onofre Rojano ha sido instituido como Presidente Honorífico de Noches del Baratillo, un honor inmenso que culmina con la presentación de su última obra, «Teorema del conocimiento», en nuestra entidad.
Para Noches del Baratillo, Onofre Rojano es la encarnación misma de nuestro propósito. Su vida y su obra son el verso que nos impulsa y el camino que juntos construimos. Su presencia es un regalo, la prueba palpable de que la poesía nos forja en amistad y nos dota de una fuerza inquebrantable. Gracias a él, lo que parecía un sendero incierto se ha transformado en un camino llano y complaciente. Su legado ya es eterno, y cada noche que compartimos en el Café Hijón, su sonrisa se transforma en objetivo, estímulo y ornamento.
Amén de la palabra tuya. Nuestra.
Así sea, es, y será por siempre testimonio
de este querer tardío y perdurable
con raíces trepadoras como un árbol
indecible sobre verdor y altura;
como los pliegues llameantes del día,
las sombras de la noche
que acarician tu casa;
nuestras manos inmersas en los espejos
de limpias madrugadas.

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